La melva es un pescado azul de la familia de los bonitos y atunes pero mas pequeño. Tiene la piel muy dura y apenas tiene escamas. Hoy la vamos a cocinar a la plancha, una vez que la hayamos fileteado y quitado todas las espinas. Para acompañarla simplemente le pondremos un poco de ACEITE DE AJO Y PEREJIL y un poquito de cayena molida para que le de un toque picante.
INGREDIENTES
1 Melva. Ésta pesaba aproximadamente 1 Kg.
1 Pizca de cayena molida (opcional, si queremos darle un toque picante)
2 Cucharadas de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
3 o 4 Cucharadas de ACEITE DE AJO Y PEREJIL
Sal
PREPARACIÓN
Vamos a empezar por preparar la melva. De la pescadería ya la hemos traído limpia, sin cabeza y sin la espina central. Tal como está, ya la podríamos echar a la plancha, pero yo prefiero quitarle todas las espinas, a la hora de comer se agradece. Vamos a hacer cuatro filetes. En primer lugar la cortamos dividiéndola en dos partes como vemos en la siguiente foto.
Cogemos una de las partes. Longitudinalmente, en la zona central, tiene una fila de espinas. Con un cuchillo muy afilado separamos los dos filetes llevando el cuchillo pegado a la fila de espinas, de forma que éstas se queden sólo en un lado.
Ahora quitamos es fila de espinas. Repasamos con los dedos para que no nos quede ninguna.
En la otra mitad tiene espinas en toda la parte más cercana a la cabeza, metemos el cuchillo plano y las retiramos.
En la parte superior le he quitado transversalmente una zona de 1 cm. de ancha que tiene espinas, y apenas carne, la notamos al tacto.
Pasamos los dedos por los filetes para comprobar que no se nos ha escapado ninguna espina.
Hacemos lo mismo con la otra mitad de la melva. Ya tenemos todos los filetes preparados.
Ponemos la plancha al fuego. Cuando esté caliente le echamos un correón de AOVE, ponemos los filetes con la zona de la piel hacía arriba y por el costado vemos como se van haciendo. Como los filetes son gruesos, no ponemos el fuego muy fuerte para que no se queden crudos en el centro. A mi me gusta que queden hechos en su punto justo, sonrosados en el centro pero no crudos, a quien le gusten más crudos que los tenga menos tiempo.
Cuando vemos que están hechos hasta la mitad, a nuestro gusto, les damos la vuelta, volvemos a ponerle una gotas de AOVE, salamos, espolvoreamos un poco de cayena molida, si queremos darle un toque picante y los dejamos hasta que se terminen de hacer.
Los servimos recién hechos, poniéndoles por encima en chorro de aceite de ajo y perejil. Podemos acompañar con un poco de ensalada de lechuga.
ACEITE DE AJO Y PEREJIL:
Ponemos en la batidora AOVE, un ramillete de perejil, unos dientes de ajo y trituramos. Suelo hacer más de la que voy a utilizar y lo meto en un tarro en el frigorífico para utilizarlo en otros platos. Para medio vaso de AOVE podemos poner 3 dientes de ajo, depende del gusto de cada uno.