Un postre de lo más otoñal, muy fácil de hacer y queda muy rico. Lo podemos tomar templado o frío. Si lo tomamos templado y lo acompañamos con una bola de helado de vainilla, de nata o de lo que más nos apetezca, el contraste del frío del helado con el templado de la compota y el helado deshaciéndose....buenísimo. Yo he puesto más o menos el doble de membrillo que de batata, pero lo podemos poner a partes iguales, o en la proporción que queramos.
INGREDIENTES
1 Kg. de membrillos, ( pesados sin pelar)
500 Gr. de batatas
250 Gr. de azúcar
2 Clavos de olor
1 Palito de canela
La piel de 1 limón, ( sólo la parte amarilla, sin nada de blanco)
200 Ml. de agua, (1 vaso)
Alguna fruta confitada para adornar. Yo he puesto unas ciruelas pasas.
PREPARACIÓN
Pelamos y cortamos los membrillos en trozos mas bien grandes. Yo los he cortado por la mitad, cada mitad en cuatro gajos, y cada gajo lo he cortado por la mitad transversalmente. Le quitamos bien la zona de las pepitas y alrededores, teniendo cuidado de no dejar nada de la zona más dura y granulada que tiene alrededor de las pepitas.
Pelamos las batatas y las cortamos en trozos de tamaño similar a los que hemos cortado de membrillo.
En una cacerola ponemos todos los ingredientes y la dejamos a fuego medio, tapada, una media hora, moviendo de vez en cuando, pero sin meter la cuchara para no romper los trozos, agitando la cacerola.
Estará hecha, si pinchamos con la punta de un cuchillo la batata y el membrillo y están blandos. Si los dejamos más de la cuenta, acabarán haciéndose puré.
Retiramos la piel del limón y el palito de canela y servimos con un poco del almibar del que se ha formado y acompañamos, en este caso, con unas ciruelas pasas.