Las croquetas me pierden, no me puedo resistir ante unas ricas croquetas como estas, jugosas, cremosas, con un sabor intenso, crujientes por fuera y blanditas por dentro... sencillamente deliciosas.
INGREDIENTES
PARA LA MASA:
Una pechuga de pollo, unos 250 gr. Puede ser cualquier otra parte del pollo
100 Gr de jamón en taquitos pequeños
1 Cebolla no muy grande
40 Gr de mantequilla
40 Gr. de aceite de oliva virgen extra
120 Gr. de harina
1 Litro de leche
Una pizca de nuez moscada
Una pizca de pimienta
PARA EL REBOZADO:
2 Huevos
Pan rallado. Con Panko quedan espectaculares.
PREPARACIÓN
Empezaremos cortando la pechuga en filetes, la salpimentamos y la ponemos en la sartén con una pizca de aceite hasta que quede hecha.
Ponemos una cazuela al fuego con el aceite y la mantequilla.
Cuando la mantequilla esté derretida echamos la cebolla picada muy finamente, le añadimos un poco de sal y dejamos que se vaya pochando.
Mientras tanto picamos las pechugas en trocitos muy pequeños y reservamos. Yo lo he hecho a cuchillo.
Cuando la cebolla empiece a dorarse incorporamos el jamón.
Lo rehogamos un par de minutos e incorporamos el pollo. Mezclamos bien.
Incorporamos la harina, y dejamos que se tueste unos dos minutos, sin dejar de remover. Esto es imprescindible para evitar que la masa de las croquetas sepa a harina cruda.
Ahora vamos añadiendo la leche poco a poco. Si la calentamos previamente es más difícil que salgan grumos. Yo no lo hago, pero la voy incorporando muy poco a poco y voy añadiendo más según se vaya integrando a la masa y no me sale ni un grumo.
Añadimos la pimienta y la nuez moscada.
Tenemos que mover sin parar, para evitar que se pegue la masa a la cazuela. Cuando hayamos incorporado toda la leche seguimos removiendo sin parar, probamos de sal y la ponemos a nuestro gusto y si es necesario rectificamos de nuez moscada y pimienta. Hay que seguir removiendo unos 15 minutos hasta que veamos que la masa se despega de la sartén y toma consistencia.
Echamos la masa en una fuente, la tapamos con papel film y la dejamos enfriar. Cuando esté fría la metemos a la nevera. Debe reposar unas horas antes de formar las croquetas, si la hacemos de un día para otro, mejor.
Con dos cucharas o con las manos humedecidas con aceite, vamos formando las croquetas.
Preparamos un par de recipientes, uno con los huevos batidos y otro con el pan rallado. Las pasamos primero por el huevo y luego por el pan rallado. A veces, antes del huevo las paso por harina.
Aquí vemos como van quedando rebozadas. Si queremos, se pueden congelar perfectamente. Éste es el momento. Yo, cuando me lio con las croquetas, prefiero hacer una buena cantidad, congelar parte de ellas y cuando las queremos tomar sólo hay que sacarlas 10 minutos antes de freírlas, para que se atemperen un poco y las freímos. Quedan como recién hechas.
Ponemos aceite en un cazo o una sartén, es importante que haya suficiente para cubrir las croquetas y así evitaremos que se abran. Calentamos el aceite bastante, a unos 170º o hasta que empiece a humear. Las freímos por tandas para evitar que se enfríe el aceite.
Cuando estén doradas a nuestro gusto las sacamos sobre un papel de cocina para que pierdan el exceso de grasa y a disfrutarlas.