Estos rollitos resultan una delicia. Están hechos con pasta Brick y al horno. La pera y la cebolla suavizan la fuerza de la morcilla y no resultan nada pesados. Son muy fáciles de hacer y el resultado es estupendo. La pasta Brick la he comprado en Carrefour y viene en un rollo continuo, por lo que al no estar plegadas las hojas, no se rompen y se conservan mejor que si viene en hojas sueltas y dobladas.
1 Paquete de pasta Brick. (no he gastado todo)
1 Morcilla de Burgos
1 Cebolla
1 Pera conferencia
1 Pizca de canela
1 Cucharada de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
Sal
Un poquito de mantequilla derretida para pintarlas
PREPARACIÓN
Pelamos y picamos la cebolla. Ponemos en una sartén la cucharada de AOVE y dejamos pochar la cebolla a fuego medio con un poquito de sal.
Aunque parezca poco aceite, si la movemos con frecuencia será suficiente. Hay que tener en cuenta que al poner la morcilla, ésta soltará grasa.
Mientras se hace la cebolla, vamos a preparar la morcilla. Le quitamos la piel.
La cortamos para que se desmenuce con más facilidad en la sartén.
Cuando la cebolla comienza a dorarse, incorporamos la morcilla y la vamos disgregando con una cuchara de madera.
Dejamos que se haga a fuego suave, moviendo de vez en cuando. Pasados unos 5 minutos, agregamos la pizca de canela molida y seguimos moviendo, hasta que la morcilla esté casi hecha. Si suelta grasa, inclinamos la sartén para que escurra y la retiramos con una cuchara.
Mientras se hace la morcilla, pelamos y cortamos la pera en cuadraditos.
La incorporamos a la morcilla. La mezclamos y dejamos unos minutos más a fuego medio, hasta que se ablande la pera. Retiramos del fuego y reservamos. Podemos pasar todo a un colador, para que escurra la grasa sobrante.
Abrimos el paquete de Brick. Este tiene un ancho de 25 cm. Yo he cortado rectángulos de 25 por 35 cm, aproximadamente. Dependiendo de la marca que utilicemos y del tamaño que queramos los rollitos, así cortamos la hoja de masa.
No he pintado la hoja con mantequilla para no añadirle más grasa. Ponemos un par de cucharadas de morcilla en un extremo.
Doblamos y presionamos con los dedos un poco, para formar el paquete.
Doblamos los laterales hacia el interior
Ahora lo giramos sobre si mismo para formar el rollito.
Lo ponemos sobre la bandeja del horno y ahora sí que he pincelado por encima con un poco de mantequilla derretida.
Precalentamos el horno a 200º, calor arriba y abajo y metemos los rollitos hasta que se doren a nuestro gusto. Los servimos calientes.
Si hacemos más de los que nos vayamos a comer, al día siguiente, la pasta Brick ya no estará crujiente. Lo solucionamos poniendo una sartén al fuego, sin nada de aceite y poniendo los rollitos a calentar, girándolos para tostar toda su superficie. Enseguida volverán a estar crujientes, como recién hechos.