Esta receta es una forma sana y rápida de cocinar el pollo, aunque pudiera parecer complicado quitarle los huesos, es bastante más sencillo de lo que parece, no lleva más de 10 o 15 minutos, que se ganan de sobra en el tiempo del asado.
INGREDIENTES
1 Pollo
2 Cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Cayena molida
Pimienta y sal
PREPARACION
Vamos a despiezar el pollo, quitándole los huesos y la piel, excepto a las alas. A quien le guste con piel que la deje. Yo prefiero quitarla pues es mucho más sano y nos va a quedar crujiente como si la tuviera.
Con un cuchillo muy afilado vamos cortando los muslos, contramuslos y las alas. Vamos buscando las uniones de los huesos y cortamos por ahí.
Nos queda el cuerpo con las pechugas. Con la punta del cuchillo vamos despegando la piel.
Ahora vamos a sacar las pechugas. Ponemos el pollo como vemos en la foto y vamos metiendo el cuchillo por la linea que divide las pechugas, pegándonos al caparazón hasta sacarla entera. Repetimos la operación con la otra mitad.
Tenemos el caparazón separado de las pechugas.
Metemos el caparazón en una bolsa de congelar y al congelador. Lo aprovecharemos otro día para hacer un caldo.
Las pechugas las cortamos longitudinalmente.
Separamos los muslos de los contramuslos
Le cortamos al muslo, con un cuchillo grande y de un golpe, la punta, donde se uniría a la pata, para que se deshuese mejor.
Cogemos el muslo, con la punta del cuchillo, le damos un corte a lo largo del hueso y vamos metiendo el cuchillo para despegarlo totalmente.
Hacemos la misma operación con los contramuslos y con el otro muslo.
A todas las piezas les quitamos la grasa que queda entre la piel y la carne.
En un plato, vamos poniendo las piezas deshuesadas, les ponemos sal, un poco de pimienta y cayena molida. Según nos guste de picante le ponemos más o menos cayena.
A las alas les quitamos la parte de la punta y la tiramos, partimos por la unión lo que nos queda y a la parte que vemos en la foto le quitamos parte de la piel.
Salpimentamos todo la carne, le ponemos cayena, lo removemos un poco y dejamos un rato para que se macere, si tenemos tiempo, metido en el frigorífico.,
Ahora nos vamos a la plancha. Yo tengo una de hierro fundido que es ideal para hacerlo. Le ponemos un poquito de aceite y al fuego hasta que quede bien dorado.
Queda jugoso y crujiente. Lo podemos acompañar con una ensalada, o simplemente con un tomate picado al que le añadimos un chorro de aceite de oliva V.E., sal y un poquito de ajo picado.
Una buena entrada, unas fotos perfectas
ResponderEliminarGracias por tu receta, a mí también me gusta hacerlo así, sin piel y lo macero con sal y limón. Aunque la presentación es mejor de esta manera, yo prefiero dejarle el hueso ya que le da más sabor. Saludos.
ResponderEliminarEs buena receta pero yo recomendaría antes de hacerlo a la plancha darle una cocción de 15 minutos en la olla porque la plancha es más que nada para los bordes y corres el riesgo de que te quede alguna parte cruda.
ResponderEliminar¡Excelente receta! Me ha encantado, te mando un saludo
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